Especialistas debaten sobre la necesidad de encarar una reforma previsional basada en un diagnóstico riguroso y alcanzando consensos que la legitimen
La ASAP llevó a cabo la charla “El desafío de encarar una reforma estructural de la Previsión Social en Argentina”, un espacio de análisis fundamental con destacados especialistas para debatir uno de los temas más cruciales para el funcionamiento social.
Presentado por la secretaria de ASAP, Graciela La ruffa, este evento fue la segunda charla de un ciclo que comenzó analizando la coyuntura y los factores demográficos —en especial, el envejecimiento poblacional— que afectaran la sostenibilidad del sistema, y que en esta oportunidad se abocó a los lineamientos centrales a tener en consideración para que prospere una reforma estructural del sistema.
En el transcurso de la jornada, dos destacados especialistas debatieron la necesidad de una reforma previsional integral para Argentina. Hubo consenso en que los cambios deben implementarse de forma articulada y coherente para garantizar su eficacia y sustentabilidad futura.
Rafael Rofman, investigador principal de Protección Social de CIPPEC, sostuvo que “es un sistema caro e ineficiente. El problema no es cómo recaudamos, sino cómo gastamos: gastamos muy mal y mucho”. Destacó que el sistema actual es “inequitativo, con reglas arbitrarias y cerca de 200 regímenes especiales”, lo que dificulta su unificación y mejora.
El especialista propuso una hoja de ruta basada en tres pilares: diagnóstico claro, propuesta concreta y estrategia de implementación. Entre las medidas señaló la necesidad de eliminar el requisito de los 30 años de aportes, revisar las pensiones por viudez –creadas hace un siglo–, y reducir gradualmente la edad de retiro. También enfatizó que “nunca se resuelve a puertas cerradas” y abogó por un proceso participativo, con audiencias públicas lideradas por el Poder Ejecutivo, que permita construir acuerdos sociales amplios.
Por su parte, Walter Arrighi, especialista en gestión y evaluación de regímenes previsionales y ex secretario de Seguridad Social de la Nación, discrepó en el diagnóstico y llamó a poner la mirada tanto en el gasto como en la recaudación para evaluar la correspondencia entre aportes y beneficios: “Quiero saber si con el 11% que aporto alcanza para una prestación suficiente”.
La conclusión de que el sistema previsional argentino es “caro e injusto” se formula únicamente desde el lado del gasto, sin considerar el carácter contributivo de la mayoría de los regímenes. Al no abordar explícitamente cómo se financia cada esquema —aportes personales, contribuciones patronales, impuestos afectados— el diagnóstico queda incompleto. Además, cuestionó la factibilidad política de una reforma en el corto plazo, en un escenario de alta tensión, y reflexionó sobre la complejidad técnica: “Desde lo teórico, pretender hacer una reforma sin ponernos de acuerdo es imposible”.
Arrighi planteó uno de los nudos críticos: “Si hay tantas cajas provinciales, ¿cómo hago para reformar sin tocar derechos adquiridos con anterioridad?”. Subrayó que cualquier abordaje debe partir de un análisis integral: “Si no hacemos un abordaje analítico, nos confundimos”.